martes, enero 30, 2007

Los martes: CINECLUB - 35 - Dogville


Dogville - 2003 - Director: Lars von Trier

Reparto:
· Nicole Kidman (Grace)
· Paul Bettany (Tom Edison)
· Lauren Bacall (Ma Ginger)
· James Caan

Guión: Lars von Trier
Fotografía: Anthony Dod Mantle

Empezaré diciendo una cosa: cuando se tiene un guión bretchiano (¿existe el epíteto?) entre manos, el talento de von Trier para reinventarse y la presencia de Lauren Bacall (aunque sea de secundaria), sobra todo lo demás. Incluido el atrezzo, las paredes.

"Dogville" es una película excepcional, en el sentido más amplio de la palabra. Una excepción rutilante en forma de cuento, con su prologo y nueve capítulos, su narrador (la voz sublime de John Hurt), su guiño a la pedantería formal como máscara, como laguna Estigia que es preciso cruzar para alcanzar el reverso, el lado oculto de la bondad. El desconcierto del espectador dura poco. Una vez comenzado el primer capítulo nadie espera ver ya lo que no se ve, la escenografía deja de estar a la vista, quedan las actuaciones prodigiosas.
Nada es real, lo vemos, lo oímos. Sin embargo somos capaces de reconocer los recovecos de la historia, que se nos apodera durante el extenso metraje, sin que podamos detenerla, sin que podamos negar que todo lo que sucede era inevitable (un minuto después de haber sido inimaginable).

Quién no se ha sorprendido (con rabia) en medio de la paradoja, cuando te joden y, encima, pides perdón. Es la vanidad de la "otra mejilla", la arrogancia de quien perdona a los demás lo que jamás se perdonaría a sí mismo. De haber actuado como ellos, no podría haber defendido ninguno de sus actos y ninguna condena sería lo suficientemente severa, apunta la voz en off.

Perverso, inteligente, extremo, teatral aunque auténtico, así es el guión. Una increíble Nicole Kidman, más expuesta que nunca, se entrega sin trucos al papel de la belleza contradictoria, frágil y fuerte, de Grace. Por Dogville pasea la hipocresía social (que tiene en Tom, el escritor, a su máximo exponente) que enmascara e intenta racionalizar los egoísmos individuales, el juego de abuso y poder (esa gran responsabilidad que supone tomar parte de la solución del problema). El precio de la bondad (su anvés) es el oscuro sustento moral de este relato, que concluye con un impresionante diálogo final, con un profundo cambio de luz.

¿Cómo odiar a alguien por lo que, en el fondo, son sus debilidades?. Irónicamente, la representación simbólica nos mutila de verdad.
Os la recomiendo, lujo y catarsis.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

madre mia!cuánta razón tienes en general sobre esta película!!! el guión es espectacular, la foto y la escenografía algo increíble y las materializaciones de los personajes absolutamente fabulosas... pero el fondo, la radiografía que se hace de la naturaleza humana es lo mejor que tiene. una peli que hace que disfrutes, pienes y te plantees... y acabes llegando a la conclusión de que en el fondo lo mejor de ese pueblo es el perro... ocurrira lo mismo en la vida real???

Anónimo dijo...

Debilidades, abusos, sometimiento llegando a la esclavitud, arrogancia, fragilidad, inseguridades... Tan impresionante como extraña.
No me gustó. Si supiera rezar lo haría para que la raza humana no fuera así nunca, ni aun cuando lo necesitase.

HombreRevenido dijo...

Meri, celebro tu opinión. Y comparto plenamente que, a pesar de su crudeza, o su planteamiento pesimista en cierto modo, es una gozada, un disfrute absoluto.

Animons, el ser humano puede ser incluso peor. Pese a todo, la historia es de una belleza singular. Y todos sabemos que además de debilidades, el ser humano también tiene capacidades sin límite.

Unknown dijo...

Excelente exposición.
Gran guión.Excesiva.Genial.No forma parte de mis películas favoritas,pero reconozco su brillantez.
Salutis.