En su laboratorio secreto el Hombre Revenido instruye a los simios del mañana. La involución es el camino correcto. El hombre nuevo no es estéreo, es mono. Desenfunda el revólver de tu mente, forastero. No es la Atlántida, es Huesca, el humilde centro del Universo.
jueves, julio 20, 2006
Animales Acojonantes (3) - LA CAPIBARA
La capibara, también llamada carpincho, ronsoco o chigüire, es el roedor más grande del mundo. Puede llegar a superar los 80 Kg. Tiene hábitos arraigados; por ejemplo, todas las mañanas descansa a la sombra. Entre las capibaras llaman a eso: imperativos del instinto.
Si la capibara advierte un peligro lanza un gritito, y todo el grupo huye alborotadamente a ponerse a salvo en el agua. Porque las capibaras siempre viven en comunidad y siempre en la orilla. Sin embargo, si advierten la presencia del ser humano o de hacienda (a quienes en condiciones de acoso son capaces de descubrir a un kilómetro de distancia) escapan sigilosamente.
Cuando la hembra está receptiva, el macho empieza una persecución que puede durar una hora o más. Ella, sin alterar el paso, indiferente, guía a su compañero hasta el agua, donde ambos se bañan. La hembra se zambulle varias veces, alejándose del macho y volviendo a buscarlo, técnica de seducción que la biología clásica conoce como “aguadilla adolescente”.
Finalmente, y siempre en aguas de poca profundidad, el macho cubre a la hembra, que suele sumergir la cabeza y elevar la cola mientras lanza chillidos intermitentes.
El apareamiento de la capibara es breve, apenas unos pocos segundos. Luego ambos nadan y lo repiten unas quince veces seguidas (hasta tres en un minuto). No es raro que varias parejas copulen a la vez en la misma laguna, produciéndose curiosos intercambios.
Le gusta:
- La sauna
- Ver en las olimpiadas la natación sincronizada
- Quedar para follar
No le gusta:- El puma (ni el depredador, ni el cantante)
- Los relatos de terror
- La otitits
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3 comentarios:
Ni siquiera la canción de "Pavo Real"??? Endeve con la capibara...
La capibara es muy suya, Peibols. Es oír el rugido-balada del Puma y salir por patas.
No seré yo quien la culpe por ello.
Ya sé en que bichito me quiero reencarnar...
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